
Según datos de la Guardia Civil, unos 400 de los 2.500 o 3.000 canes que son sustraídos anualmente se destinan a sparring de los de pelea. La mayoría de ellos mueren durante los combates de entrenamiento o poco después, como consecuencia de las heridas.
En cuanto al aspecto físico, las técnicas de adiestramiento no dejan de ser crueles y abusivas: dejar a los animales horas colgados de una cuerda por sus propios dientes para fortalecer su mandíbula, hacerles correr en una cinta andadora horas y horas para desarrollar su musculatura y soltarles descargas eléctricas en el ano para desatar su agresividad antes de los entrenamientos y peleas, entre otras.

La preocupación ante este espectáculo de sangre y muerte no es exclusiva de España; en otros estados de la Unión Europea, como Francia y Alemania, la cuestión ha llegado a sus respectivos Parlamentos.

"Las herramientas legales -insiste el comandante- son claramente insuficientes para acabar con este negocio que las Fuerzas de Seguridad, no obstante, no dejan de investigar. Se trata de círculos muy cerrados, que ya se conocen bien entre ellos, y tienen sus propias claves para comunicarse el día, hora y lugar del combate".
Están convencidos de que hay un resurgimiento del brutal negocio, que algunos atribuyen a la entrada en España de nuevas mafias del Este y Sudamérica, áreas donde abundan las peleas a muerte entre animales.
Las últimas denuncias se han presentado en Madrid, donde Amnistía Animal denunció hace pocos días el continuo robo de perros de presa que se está produciendo por las noches en las perreras municipales; en Cataluña, según distintas asociaciones, está sucediendo exactamente lo mismo. "Cada vez nos llegan más noticias desde distintos puntos de España, sobre sucesos que tienen que ver directa o indirectamente con estas peleas, como el robo de perros de albergues y refugios e incluso de particulares", asegura el director de la Fundación Altarriba, con sede central en Barcelona, Luis Luque.
PERFIL DE LOS PARTICIPANTES. Según los informes psicológicos de que disponen algunas protectoras de animales, el perfil de los participantes en estos lamentables espectáculos, corresponde en general a "individuos con transtornos de personalidad de distintos tipos, desde psicopáticos muy agresivos a personas con graves complejos de inferioridad".


Estas peleas son muy populares en pueblos de muchos países. A medida que los pueblos van evolucionando se van haciendo más conscientes de la realidad de estos actos y, cada vez más, estos espectáculos son puestos en tela de juicio, independientemente de la tradición que los sustente, y como reflejo del valor que el ser humano da a la vida.
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14 diciembre 2007, en Sur.es La Guardia Civil investiga una trama de robo de perros para utilizarlos en peleas [http://www.diariosur.es/20071214/malaga/guardia-civil-investiga-trama-20071214.html]