En caso de sospecha de malos tratos


Ante una sospecha de malos tratos a un animal:

1. Sé objetivo. Actúa con objetividad, verifica que realmente está sucediendo aquello que parece. No siempre las cosas son lo que parecen a primera vista. Identifica quién es el dueño y cuáles son las condiciones reales del animal en cuestión.

2. Dialoga. Una vez que tienes claro que existe un problema, trata de llegar a la mejor solución posible utilizando el diálogo con la persona encargada del cuidado de ese animal. En ocasiones este diálogo puede suponer la diferencia entre salvar a tiempo al animal que está sufriendo malos tratos o perderlo a manos de un dueño irresponsable, ignorante o cruel.

3. Denuncia. Si no hay entendimiento ni posibilidad de conseguir mediante el diálogo una opción digna para ese animal, denuncia por quien no puede hacerlo.

 
Cómo proceder para presentar una denuncia:

Una vez que has agotado sin éxito la vía del diálogo con la persona encargada del cuidado del animal, la única alternativa razonable es denunciar para evitar que el animal quede atrapado en una situación de malos tratos o acabe en las pésimas condiciones en que muchos animales víctimas de malos tratos llegan a los refugios y protectoras. Los pasos a seguir son los siguientes:

1. Consigue documentación y testigos de la situación de maltrato. Una denuncia debe ser seria y objetiva, y debe mostrar todas las pruebas posibles.

2. Denuncia ante la policía municipal aportando las fotografías conseguidas y los testigos dispuestos a respaldar tu denuncia.

3. Busca el apoyo de protectoras de animales y refugios de la zona para ir facilitando la colocación del animal víctima de malos tratos. Ayuda a mover la información entre personas que puedan estar interesadas en la adopción de ese animal.

4. Sigue el caso hasta tener la seguridad de que el animal está colocado en buenas condiciones en una casa de acogida o una casa de adopción. Comprométete con el animal que has ayudado a rescatar.